Con el eco de los tambores aún resonando por las calles de Cartagena, y las sensaciones que nos dejan a flor de piel nuestras procesiones, comenzamos a dar los pirmeros pasos que nos conducirán a la próxima Semana Santa, con un año más de experiencia, de errores y aciertos que nos hacen crecer y mejorar nuestros desfiles.En estos días de balance no resulta sencillo escoger un momento de los muchos que se viven en los esperados diez días de Semana Santa, pero vinculado a este año me acompañará el recuerdo del Viernes Santo, camino de la concentración de tercio en la calle Jara, cuando una de las muchas personas que pasean por la calle me pregunta si podría hacerme una foto con una niña de unos cuatro o cinco años que lleva de la mano, que a ella le hacía mucha ilusión..., mientras la niña miraba con ojos de asombro nos hace la foto, y su sonrisa permanecerá como unos de los momentos más especiales de ese día, con la certeza de que muchos de los que ahora desfilamos pusimos a su misma edad, la misma cara de ilusión y asombro cuando un capirote pasó a nuestro lado.
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